La verdadera implantación de los productos ecológicos en la hostelería de la Costa del Sol fue analizada en la mesa de Networking que moderó el periodista Fran Extremera. Los participantes en esta mesa de trabajo, en su mayoría chefs y restauradores, aunque también productores y comercializadores de productos ecológicos, reconocen la dificultad que entraña para determinados establecimientos acceder a productos ecológicos de máxima calidad por los volúmenes de compras tan altos que manejan ciertas empresas.
En este sentido, apelan a una mayor educación en edades tempranas sobre la necesidad de consumir productos ecológicos, libres de determinados pesticidas o de elementos sintetizados que contribuyen no sólo a empeorar la salud del consumidor, sino que también generan un importante efecto nocivo para el entorno medioambiental.
Inciden los chefs en la necesidad de que el consumidor o cliente aprenda a conocer qué productos corresponden a cada estación. Porque si recurren los establecimientos a proveedores de cercanía, en su mayoría pequeños, es imposible disponer de determinadas frutas o verduras durante todo el año.
Otro hándicap es el precio, si bien es cierto que algunos de los participantes en la mesa recuerdan que hay fórmulas para abaratar costes en la cesta de la compra si se pretende completarla con al menos un 50 por ciento de productos ecológicos. El comercio justo o de cercanía, con acceso a los productores, puede reducir considerablemente los precios, con la supresión de determinados intermediarios.
También se insiste en la necesidad de formar a la ciudadanía en el respeto al planeta. Es difícil reeducar a determinadas edades, pero con el lema de «somos lo que comemos» tenemos que dejar de ser un territorio a la cabeza en producción ecológica y a la cola en consumo. De otra forma será difícil reducir una lacra de la sociedad andaluza como es la obesidad infantil, que se ha disparado en estos últimos años pese a la tradición de la dieta mediterránea.