Colores estimulantes, texturas delicadas, aromas seductores, sabores enérgicos, en una palabra, oleadas de experiencias Gourmet a menos de 60 metros del Mediterráneo, en el centro de la Fuengirola más exquisita. Estamos en Las Tablas del Rey. Almorzamos en la primera salida de 2021 para comprobar que este restaurante gastronómico crece día a día gracias al equipo conjuntado por David Rey.
La primera sensación en Las Tablas del Rey es de autenticidad con todas las letras. Aquí se valora la Mejor Gastronomía tranquila, aquella que va directa al corazón y enamora a una clientela de nuevo cuño: parejas de menos de 30 años, familias jóvenes… En una palabra, personas que inician su travesía por la dimensión Gourmet.
Hablamos de autenticidad en sus platos más clásicos: en la ensaladilla rusa, que ofrece una sorpresa impensable en su sabor; en los pimientos del piquillo rellenos de bacalao con crema de marisco, que dejan sin palabras, desde el primer momento, por el color de su presentación y conducen, después, hasta la gloria por su elegancia; o en el solomillo a baja temperatura con parmentier, un pure casi etéreo, de mostaza y patatas a lo pobre, por su respeto a una carne suprema.
Hay autenticidad en sus descargas creativas, tan emocionantes como: su arroz caldoso con atún, genial desde el primer hasta el último grano; su carpaccio de buey con aceituna negra, pimienta y helado de mostaza; o su foie con chocolate, un lujo extra para el postre.
UN TOQUE DE CECINA PARA LA RUSA
Original, muy original, pero con todo el respeto a la ensaladilla rusa. David Rey, educado en el Norte, conoce bien el tirón del ahumado. Su rusa incorpora esa nota aromática, embriagadora, a una base de patata, zanahoria y mahonesa en la que se descubre, también, una pizca de trufa.
Presentación de joya, sí, de joya. Llega a la mesa como un bloque de colores suaves coronado con pétalos rojos, comestibles. La ensaladilla… “tabernaria” va más allá en Las Tablas del Rey, se convierte en una pieza de Tiffany’s o de Cartier… para el paladar.
Fresca, firme y cargada de sugerencias: cecina, gotas de Pedro Ximénez, trufa que se distinguen y se complementan de forma natural. Top 5 de las ensaladillas de España.
Tiempo de atún en un formato muy poco frecuente: un risotto, ese arroz meloso que cautiva siempre. Llega a una mesa amable, dispuesta a menos de 100 de la orilla del Mediterráneo, propiciando así la experiencia marinera. El risotto de Las Tablas del Rey incorpora, además, un poco de queso rallado y una rama de tomillo.
Es cuestión de aromas: de ese punto de atún cargado de esencias del mar y de la fragancia de un queso potente. Se pueden contar los granos en la boca, granos “al dente”, mientras acarician el paladar. Un ejemplo de elegancia.
CARPACCIO AL FILO DE LO IMPOSIBLE
Explicaciones impecables de cada plato, maridaje supremo de cada propuesta con vinos generosos, desde Oloroso a Palo Cortado en este comienzo del menú, y bienestar total. Es el escenario idóneo para un desafío de David Rey, un especialista de las grandes carnes y de los fuegos de las parrillas.
Su carpaccio de buey se mueve en el capítulo de carnes supremas pero tratadas en crudo, todo un desafío para un restaurante con vocación cárnica desde su apertura hace 5 años.
Este carpaccio reúne un despliegue de choques: la temperatura ambiente de la carne contra el frío del helado, la casi dulzura del buey contra la acidez de la mostaza, de las alcaparras y de la ralladura de lima. Se activan todos los sentidos, se accede a una dimensión desconocida, se experimenta cierto vértigo. Difícil al comienzo, gratificante desde el tercer bocado, adictivo hasta el final… y más allá. Que cada comensal saque sus conclusiones.
MÁS QUE PIMIENTOS: SEDA ROJA
Rojo pasión, rojo terciopelo y… rojo pimiento. Llegan los pimientos rellenos de bacalao con crema de marisco, que Las Tablas del Rey incluye en su carta primaveral 2021. Solo con contemplar su color se augura que vamos a pecar, y mucho.
El rojo puro de los pimientos y de la salsa habla de energía elegante mientras que el aroma, potenciado por un toque de vinagre de Pedro Ximénez y un chorro de aceite supremo de oliva, un AOVE de colección, avanza el trato exquisito a la persona sentada a la mesa. Después se disfruta con la explosión de bacalao en la boca, envuelto en la seda roja de esos pimientos sublimes. Absolutamente magistral.
DESEO CARNAL
En el final del menú de un restaurante de un Cocinero nacido y educado en el Norte hay un lugar especial para un plato de carne. David Rey y su equipo, un conjunto soberbio de profesional formados a la perfección, presentan su solomillo a baja temperatura, marcado en hierro candente.
Se produce el milagro: el bloque de carne, crujiente por fuera y casi mantequilla por dentro, libera todo su sabor en plena sintonía con ese puré, parmentier, de mostaza, aromática pero nada invasiva, y con ese monumento a la grandeza de lo humilde que son las patatas a lo pobre. Para tocar las puertas del Cielo, sin postureo. Satisfacción plena.
DE POSTRE: PUNTAS DE HIGADO DE PATO
Las grandes guías y los grandes críticos Gourmet suelen llegar tarde a todo: a los restaurantes en pleno despegue, a las corrientes gastronómicas con más futuro y a las prácticas más sostenibles y responsables con la Naturaleza.
En Las Tablas del Rey practican esa cocina Responsable desde siempre y la mejor prueba llega de mano de un postre que explota las puntas de hígado de pato para transformarlas… en chocolate.
Sorpresa total en el plato: ante los ojos unos cachitos de chocolate cortados irregularmente, parece chocolate negro y tiene ese punto del mejor cacao, pero lleva el mensaje final de un gran foie. Textura deliciosa, algo menos consistente que el chocolate, aroma distinguido, sin dulzor excesivo, y un final perfecto de amargor ligero. Redondea el menú sin poso alguno de pesadez o de azúcares excesivos.
David Rey está inspirado, en plena madurez creativa, y con el empuje de quien ha superado un tiempo de pandemia trabajando, y estudiando, cada día. Las Tablas del Rey, en Fuengirola, son ya referencia en la mejor Málaga Gourmet.