Un refugio de calma en tiempos de incertidumbre, un ejemplo de distinción en medio de un escenario de restaurantes vulgares, un paraíso de fogones refinados con los toques mágicos de Argentina a la hora de hablar de carnes y de vinos. Todo eso, y mucho más, es La Rosa, el restaurante exquisito de Rosa Cranenborg y Cachy Siconolfi, dos enamorados del buen gusto.
La atmósfera especial de la Rosa, cálida y envolvente, se disfruta en cada una de sus tapas, combinación de recetas tradicionales con notas divertidas, y cada uno de sus platos principales, en sus carnes majestuosas. Siempre con precios razonables, nada descabellados, que conducen cualquier almuerzo o cena hasta el entorno de los 40 euros.
Contamos ahora esa experiencia singular, un almuerzo en La Rosa, que nos ha permitido disfrutar de la compañía de sus impulsores principales, Rosa y Cachy, de dos asistente de sala de auténtico lujo, que conocen los recursos para satisfacer a cada comensal, y de detalles tan cautivadores como la silla de montar de un verdadero gaucho, un trabajo artesanal en cuero digno de museo. Vamos ahora con los placeres Gourmet más chispeantes.
DE TAPEO, LA FÓRMULA OPTIMISTA
Una simple berenjena, tratada de forma tradicional argentina, con un escabeche… super distinguido sin renunciar al punto picante, es la señal de salida para pasar revista al establecimiento emblemático de Guadalmina.
El montadito de entraña con pimiento rojo asado es el segundo ejemplo de gran cocina de siempre en formato reducido. Un par de mordiscos y se sube hasta el cielo. Pan tostado, crujiente, el filete al punto, el pimiento y una nota de rebelde de pimienta redondean una delicadeza. Es otro entrante de lujo para quien disfruta con los mejores sabores de siempre.
Así llegamos a uno de los manjares de… casquería que seducen por igual a uno y otro lado del Atlántico: Mollejas de ternera al verdeo. ¿Qué es el verdeo? Es cebolleta, el secreto que multiplica el sabor de las mollejas majestuosas de La Rosa.
Abren una nueva dimensión: son más ligeras, más divertidas, aún más sabrosas que las habituales. Se merecen entrar en el Top 10 de mi lista de deseos para una próxima visita a una casa que marca la línea a seguir en Guadalmina, lejos de asadores ruidosos y vulgares, de casas de comida aún ancladas en la década de los 70.
El último de los entrantes revoluciona hasta el último jugo gástrico: chorizos al vino tinto. Nombre simple para un monumento Gourmet. Animan la conversación, multiplican el volumen de admiraciones… excelentes. Son casi etéreos, sin rastro alguno de agresividad en el paladar, solo sabor, poderosos y, al mismo tiempo, refinados.
Finalizamos así una primera oleada de sugerencias con plena satisfacción, con deseos renovados de probar los otros entrantes revelación de La Rosa: sus hamburguesas singulares.
Es posible innovar en hamburguesas mucho más allá de salsas más o menos interesantes. Claro que sí. Rosa y Cachy lo evidencian en una carta que reúne propuestas como: Tex Mex, con entraña, jalapeño, tomate asado, aguacate con mayonesa de lima y cilantro; Buenos Aires, con entraña, provoleta, rúcula, tomate Cherry confitado y mayonesa de chimichurri; Gaucha, con entraña, panceta, queso provolone, cebolla asada, pimiento y mayonesa de chimichurri; Porteña, con molleja, queso parmesano, rúcula y mostanesa, como mezcla de mahonesa, mostaza y limón; o Campestre; con entraña, setas y salsa Tartufata.
OXÍGENO VERDE
Un respiro vegetal en La Rosa, en pleno ascenso de este almuerzo clásico: alcachofas confitadas en aceite de oliva virgen extra, un AOVE Premium, servidas en dos versiones: con huevo a baja temperatura y con mollejas.
Imprescindibles. El sabor característico de las alcachofas, perfectamente hechas casi crujientes, contrasta con el huevo más meloso y campero. Fusión magistral, de las que se graban en los sentidos. Cabe decir otro tanto de la combinación de esas mismas alcachofas con las mollejas en busca de sabores intensos en bocados ligeros, que animan a adentrarse con los platos finales del almuerzo.
Estamos en un restaurante que valora el fuego como elemento clave de sus fogones, que conoce el mundo de la carne como lo hacen únicamente las y los argentinos, grandes referentes mundiales en la materia. Juegan en otra liga.
CARICIAS SI, QUEMADURAS NO
En La Rosa hay toda una cultura de la carne. Se manifiesta en la preparación de un pollo supremo, deshuesado, relleno de ciruelas y con salsa a la pimienta verde, o en la obra maestra, el solomillo Rossini con foie y reducción de Oporto. Pura Fórmula 1 de los fogones.
Vamos con el pollo, con su contraste de sabores y texturas. Carne tersa, repleta de fuerza con el contraste de unas ciruelas, casi gelatina con notas dulces. Para deleitarse con cada bocado, sin prisa, en un tiempo de placeres… carnales. Excelente.
Apoteosis final: solomillo Rossini al punto y su acompañamiento, un abanico de tentaciones gourmet que engrandece un plato supremo. La mesa se llena de colores tentadores y aromas evocadores con patatas gratinadas como grandes protagonistas.
¡Qué patatas! Preparación clásica, impecable, con el tubérculo más humilde convertido en un grande de la mesa que reparte toques señoriales por el paladar. En La Rosa se enorgullecen de este acompañamiento, y tienen toda la razón del mundo.
Pero volvamos con el solomillo. Una forma de presentar la carne extremadamente delicada y sabrosa, pero huyendo de sabores empalagosos. Una preparación que potencia el producto.
Hora de concluir esta fiesta de propuestas de siempre, propuestas elegantes, que lanzan sus guiños divertidos a las personas sentadas a la mesa con toques picantes, dulces, o exóticos. Se saborea la Argentina “chic” enamorada del Polo o del Rugby, pero sin renunciar nunca a su alma de tango.
POSTRES, LA TENTACIÓN VIVE EN ESTA CASA
Adelantamos ya que Rosa Cranenborg, la gran señora de La Rosa, es una de las mejores especialistas en postres del momento. Repostera excepcional, que imprime una vivacidad singular a cada una de sus creaciones.
El servicio Take Away de tartas de La Rosa ya se ha convertido un referente tanto en Guadalmina como en San Pedro Alcántara. Hablamos de un lujo para los sentidos.
Catamos tres propuestas: tarta de manzana, tarta húmeda de Zanahoria y brownie de chocolate. Así, en el desorden, arrancamos con la brillantez de la manzana caramelizada sobre un hojaldre que puede calificarse de etéreo por su ligereza, sin renunciar a un punto crujiente. Un balance perfecto entre el dulzor y la acidez. Inolvidable.
El brownie tradicional descarga todo el potencial del mejor chocolate en cada cucharada. Es necesario recordar que Rosa Cranenborg es una de las pocas embajadoras de un chocolate tan prestigioso como Valrhona. La contundencia de su chocolate descarga adrenalina en los cinco sentidos.
Reservamos el pastel de zanahoria para el final de fiesta. La combinación del pastel húmedo con el queso mascarpone es exquisita. Terciopelo en la boca, caricia en el paladar, regalo a los sentidos.
Pero aún nos quedaba una sorpresa definitiva en forma de combinado. No apreciamos los chupitos, huimos de las descargas de alcohol de alta graduación, pero caemos rendidos ante un misterioso, al menos para nosotros, café-martini.
Refrescante, revitalizador, emocionante. Se sirve en una copa capaz de enamorar al mismo James Bond, es pura distinción, la marca inconfundible de La Rosa de Guadalmina.
DE COPA EN COPA
La Rosa es sinónimo de buenas carnes, buenos prostres y, desde luego, buenos vinos. Hoy vamos a descubrir algunos. Arrancamos con un godello del Bierzo con una crianza de seis meses sobre lías, es Losada Godello. Tan amoroso con La Rosa. Limpia y prepara el paladar para degustar la fiesta que llega.
Seguimos y degustamos la esencia de Argentina con el malbec Alamos Selección 2017, genuino, aterciopelado y de baja graduación, lo que aumenta el disfrute de su cata. Uva de viñedos escondidos en los Andes, entre los 3.000 y 5.000 pies de altura en la región de Mendoza. La intensa luz solar, las frescas temperaturas de la tarde y la carga mineral de los suelos montañosos, logran un vino único, muy aromático y con paso suave gracias a sus taninos ligeros.
El brindis de la amistad y la recuperación llega con Jasmine Monet, marca de la colección de espumosos argentinos que acaba de presentarse en la IV Fiesta POP que hemos celebrado en el NH de Málaga. Disfrutamos del Silver Brut Nature orgánico elaborado con pinot noir, 65 por ciento y chardonnay, 35 por ciento restante. Estructurado y equilibrado genera una experiencia elegante y sofisticada. Descubriremos más detalles de esta exclusiva colección muy pronto.
Comida de lujo que cerramos con un chupito de ron Zacapa, 23 Solera, súper-premium elaborado a partir de una mezcla de rones añejados entre 6 y 23 años. Una delicia con la que alargar la conversación hasta la noche. Cálido y suave en nariz, con dulces toques de vainilla, miel, frutos secos, humo y cáscara de naranja. Sabores complejos de frutas dulces y chocolate para disfrutar sencillamente de la vida.
La experiencia Gourmet ofrecida por La Rosa, en Guadalmina, la zona más residencial de San Pedro Alcántara, combina la cocina de siempre más exquisita con la originalidad aportada por las notas argentinas, siempre magistrales a la hora de interpretar las carnes. Unos vinos de excepción redondean un bloque de sensaciones gratificantes, exquisitas, con tarifas muy ajustadas a la realidad actual. Para volver una y mil veces.