La felicidad asociada a una cocina suprema, fiel a las tradiciones griegas y a los ingredientes más mediterráneos, llega a la cumbre si se disfruta en la bocana del Puerto Deportivo de Estepona mientras se contempla el Mar, el Estrecho y el perfil de África

El Greek del Puerto, el nuevo referente gourmet de cocina griega en la Costa del Sol occidental, ofrece bocados de felicidad y elegancia a su clientela en cada instante gracias a un equipo de profesionales tan eficiente como atento. Conocen los platos y los vinos griegos al detalle, los explican de modo emocionante hasta en media docena de idiomas si es necesario, y multiplican la calidad de la experiencia hasta el infinito.

La cocina elaborada por el equipo de Guy Franckx, eje de los fogones, con la complicidad de Veronique Van Acker, que es, además, la directora de sala, enamora tanto por su naturalidad por su respeto al producto griego original, importado semanalmente desde su país de origen.

Esa primera sensación de bienestar, apoyada por aromas delicados y por colores brillantes, alcanza cotas sublimes por la elegancia de presentación de cada propuesta. Es alta cocina de verdad, elaborada por profesionales que llevan la distinción en su sangre.

Nuestra cena en El Greek del Puerto ha sido una fiesta total para los 5 sentidos, sí, para los 5, porque también hemos disfrutado de la banda sonora del dúo compuesto por Diva Graal y Sergio, músicos geniales que despliegan ritmos exquisitos respetando la intimidad de la clientela.

Las 3 personas sentadas a la mesa hemos iniciado la experiencia con lo esencial, aceitunas Kalamata, más un par de cócteles.

Después una descarga de mezzes calientes, intensos e inolvidables. Es difícil señalar una opción ganadora entre: la salchicha griega, las croquetas de ternera con yogurt y pepino, las croquetas de queso feta, el hojaldre de queso con hierbas y semillas de sésamo o el hojaldre de queso griego con espinacas.

Ha sido una entrada por todo lo alto, absolutamente cautivadora, que nos ha guiado hasta la esencia de la Grecia exquisita gracias a las sugerencias de Veronique: albóndigas de pescado con salsa de limón, souvlaki de pollo, la brocheta emblemática de una Tierra que nos aportó la Cultura con mayúsculas; y la estrella indiscutible, gambas flambeadas con el gran anís de la región, el Ouzo. Tres monumentos gourmet que han redondeado nuestra experiencia.

Si os digo que nos hemos puesto en pie para aplaudir cada una de estas propuestas parece que exagero… pero me quedo corto.

Tengo que hablar de precios. Son correctos, ajustados al nivel del producto y la calidad percibida, tanto de realización como de servicio. Los mezze calientes para 2 personas, se quedan en 30 euros y son más que suficientes para completar un menú inolvidable.

Las croquetas de queso no llegan a 9 euros, el hojaldre de queso con hierbas griegas y semillas de sésamo, tiropitakia, se sitúa en 9 euros, mientras que la souvlaki ronda los 17 euros.

Puro Mediterráneo, pura alegría, emociones vitales que se disfrutan en una atmósfera relajada que te comunica con… los “dioses del Olimpo”. El Greek del Puerto nos explica, a través de sus propuestas, las claves de la civilización occidental más exquisita. Gracias por tanto Grecia.

BIENVENIDA CON 7 DELICIAS

Hablamos de aceitunas, que llegan a la mesa nada más tomar asiento. El cuenco de aceitunas Kalamata, más negras que verdes es un verdadero regalo para el espíritu por la tersura de su carne. Riquísimas sin renunciar a su naturalidad.

Acompañamos las aceitunas Kalamata con 2 cócteles: un Martini especial, servido en una copa con tonos de cobre que enamora sin remedio por su belleza, y una piña colada sin alcohol, especialmente acariciante.

La esencia de la cocina griega se despliega acto seguido ante nuestros ojos gracias a la bandeja de mezzes calientes. Son los entrantes. Los nombres de estas 7 delicias nos recuerdan la alineación de equipos deportivos tan legendarios como Olimpiakos o Panatinaikos.

Aquí va el listado de mezzes en la mesa: Spanakopita, hojaldre de queso feta y espinacas, puro delirio crujiente gracias la masa sutil del recubrimiento. La nota vegetal aligera la fuerza del queso. Tiropitakia, hojaldre de queso, hierbas griegas y semillas de sésamo, una descarga aromática con las esencias del auténtico bosque mediterráneo bien redondeada por la alegría del hojaldre. Bamies, ensalada de okra griega con salsa de tomate, capaz de limpiar el paladar después de cada degustación

Los clásicos completan estos bocados emocionantes: Halumi, queso chipriota a la parrilla, que reúne toques lácticos con detalles… “de fuego” capaces de sorprender por su textura singular; o Keftedes, croquetas de ternera y Tzatziki, prodigiosamente delicadas sin renunciar a su personalidad carnívora.

Aún nos quedan obras maestras como: Keftades Feta, croquetas de queso, con la fuerza de esa base de queso de cabra repleto de botánicos. Más Lukaiko, la salchicha griega tradicional, super delicada, repleta de sabor a campo pero sin rastro picante de ningún tipo y con muy poca grasa.

En resumen: un paseo completo por el universo gourmet. Satisfacción plena… con todos los platillos vacíos y con gran ligereza en el aparato digestivo. Acierto total con sello El Greek del Puerto.

LAS ALBÓNDIGAS QUE ELEGIRÍA EL PROPIO ULISES

Iniciamos el segundo capítulo de esta cena en El Greek del Puerto con unas albóndigas de pescado que conducen hasta la cima… del Olimpo al añadir una salsa de limón absolutamente maravillosa. Merecen un 10 sobre 10.

Pescado blanco, tratado con delicadeza, que impresiona por su sabor majestuoso y sutil. Aquí no hay una explosión en el paladar sino una sinfonía que se extiende por todo el cuerpo, con el acento final de un limón poderoso.

Su textura, similar a la mostrada por una pasta “al dente”, redondea la emoción de cada comensal. Un plato magistral, entre los 5 mejores del año para quienes disfrutamos con el pescado. Seguro que Ulises probó este plato para finalizar su Odisea… por el Mediterráneo.

LA PRIMERA BROCHETA GOURMET DE LA HISTORIA

Es una brocheta clásica, la primera propuesta para quien comparte una mesa griega y es, siempre garantía de emoción en cada comensal: souvlaki. En esta ocasión hemos compartido una elaborada con pollo y acompañada por unas patatas fritas con arte… sin una gota de aceite sobrante.

El secreto del sabor acariciante de sus trocitos de pollo, dorados con delicadeza, se esconde, seguramente, en los botánicos, en esas hierbas aromáticas que envuelven cada bocado y que son… secretas. Impecable. Una recomendación para cada persona que visite El Greek del Puerto.

MARISCO EN CLAVE DE QUESO Y LICORES

Tuvimos un honor muy especial en esta cena: fuimos los primeros clientes en degustar el plato estelar del otoño: gambas flambeadas con ouzo, que es el anís típico de Grecia, y bisqué de bogavante elaborado con queso feta y Metaxa, otro de los licores de referencia en aquel país, un combinado de vinos elaborados con uvas pasas y brandy. Es un plato de otra dimensión, todo un escándalo en los ojos, en la nariz y en la boca.

La presentación “ardiente” de la propuesta, con la llama purificadora generada por el ouzo cuando se extiende por las gambas y por el bisqué, avanza ya su grandeza. Hay mucho conocimiento de los fogones detrás de cada detalle.

El bisqué, con su queso feta ligeramente ahumado por el ouzo y con todo el poder del licor Metaxa, es el gran protagonista. La armonía entre todos los ingredientes se percibe al degustar las gambas y la salsa.

Las personas sentadas en la mesa han disfrutado con las oleadas de aromas y con cada bocado. Magistral. Estamos ante una propuesta gourmet de referencia en la cocina europea, con toda la magia de Grecia, con toda la sabiduría de Bélgica.

Llegamos al final de la cena con una selección de postres vibrantes, con protagonismo repartido entre helados y frutas, que ponen un broche perfecto a esta cena plena de alegría y sensibilidad disfrutadas en clave de distinción.

El Greek del Puerto marca un tiempo nuevo en la Costa del Sol: ofrece el producto exquisito, refinado, que respeta el espíritu griego clásico, sin detalles discordantes, sin concesiones a la opulencia innecesaria.

Se respira sabiduría, pasión por las cosas bien hechas. Recomendado desde ahora mismo para disfrutar con una cocina vibrante y siempre impecable.

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