Casi el 45 por ciento de los alimentos que consumimos en territorio español se presentan envueltos en plásticos totalmente innecesarios por su nivel contaminante y por su ataque directo a las propiedades del producto.
Es un exceso que lleva consigo el uso de 16.600 millones. Sí, habéis leído bien, 16.600 millones de elementos plásticos no reciclables cada año sólo en territorio español, según el estudio realizado por Retail Economics bajo el título: Índice de Cambio de Materiales.
Los quesos artesanales, elaborados con delicadeza por especialistas, arruinan sus valores gastronómicos, ya sea aroma, sabor o textura, cuando se presentan envasados en plástico al vacío.
Productos exquisitos, con un precio en consonancia, se convierten en quesos propios de lineal de super mercado, sin el menor valor gourmet, menos de una semana después de envasarse en un material que paraliza su desarrollo y borra sus factores distintivos.
EL FINAL DE LOS ENVOLTORIOS CONTAMINANTES
2026 marcará el final de los envoltorios plásticos pero muy pocos consumidores presionan a los productores de alimentos para cambiar sus envases, solo el 40 por ciento en España frente al 81 por ciento de media que exigen tal cambio en los 6 grandes consumidores europeos: Alemania, Francia, Italia, Polonia, Reino Unido, además de nuestro propio país.
España es el segundo país en ese listado que más depende del plástico en el capítulo alimentación, con más de dos tercios del total de sus alimentos, por detrás de Reino Unido, que llega al 70 por ciento, pero muy lejos de los líderes en reducción del uso de este material, que son: Polonia, con el 62 por ciento, y Francia, con el 59 por ciento.
Son resultados preocupantes, especialmente en el caso de productos lácteos como los quesos. Los plásticos están presentes en el 83 por ciento de sus envases, casi al mismo nivel que el pescado y la carne, con un 84 por ciento de empaquetados hechos con el material que se pretende erradicar.
La inmensa mayoría de productores saben que cuenta con menos de 2 años para suprimir totalmente esa clase de envoltorios o recipientes, pero no reaccionan pese a las advertencias de voces tan autorizadas como la de José Luis Martín, el gran impulsor de los quesos artesanales en el mercado español.
Muchos, muchísimos, queseros artesanales están en contra de modificar un tipo de envasado, que aniquila todos los valores gourmet del producto y arruina hasta la elaboración más cuidada.
Sus argumentos se resumen así: el 40 por ciento se resiste por el precio de los materiales alternativos; el 39 por ciento pone en juego el miedo a una clientela que no acepte la nueva presentación.
Hay soluciones para el problema, claro que sí. Es necesario explorar todo el potencial del cartón ondulado o de las fibras reciclables, como saben bien en Francia, con sus inmensos mostradores de panadería o quesería tanto en grandes superficies como en tiendas de tamaño mínimo sin rastro alguno de plásticos.
Las horas de los envases de plástico están contadas en la alimentación y, por supuesto, en las queserías gourmet y, también, en queserías industriales proveedoras de grandes superficies. Adiós plásticos contaminantes