Refugio de buen gusto en una Marbella expuesta a las excentricidades, garantía de calidad en los fogones con propuestas siempre mediterráneas, siempre reconfortantes, regalo artístico por sus cuadros y esculturas o por sus jardines, es La Tirana, toda una clase magistral de buen gusto.
Su emplazamiento, en medio del único bosque urbano de Marbella, en medio del verdor y del silencio, ya es un plus en tiempos de garitos con música atronadora, luces mareantes y “seguratas” como armarios en los accesos. La Tirana, animada por la cocina sutil de Manuel Benavides, se presenta como una isla de paz, de distinción.
En este remanso… del mundanal ruido se disfruta por igual tanto de los platos, los más mestizos del norte y sur del Mediterráneo, como de la compañía en la mesa y del escenario.
El aire limpio, la ausencia de griterío o la suavidad de la iluminación hacen aún más gratificantes propuestas como: la ensalada de salmón marinado en casa con pomelo y melón, la pastela de cordero, con la magia de la mejor cocina de la otra orilla del Mar, o el hígado de ternera encebollado. Los clásicos entran en una nueva dimensión con Manuel Benavides, llegan a ser sublimes.
SENCILLEZ EXQUISITA
El propio Manuel Benavides te aconseja en el momento de elegir el menú. Su objetivo, alcanzado del modo más amable, es que cada comensal se lance en un viaje por la civilización Gourmet atesorada durante milenios por las orillas del Mediterráneo.
Su primera propuesta, una ensalada de salmón marinado por el equipo de La Tirana, con pomelo y melón, es una descarga de emoción. Frescura, fragancia y texturas son las sorpresas iniciales. Un salmón repleto de sabor y un pomelo con todo el poder de los cítricos contrastan con un melón casi azucarado.
Transmite plenitud, alegría de vivir. Es una ensalada exquisitamente sencilla, que confirma la genialidad de la persona responsable de la cocina en este reducto del buen gusto.
UNA MIRADA AL SUR DEL SUR
Una propuesta clásica de Manuel Benavides, imprescindible para redondear cualquier visita a este chalet íntimo, rodeado de jardín y bosque, es la pastela marroquí. La empanada majestuosa de las grandes ocasiones al Sur del Estrecho multiplica su elegancia en La Tirana.
Aquí se degusta en forma de empanadillas, elaboradas con una masa finísima y crujiente que habla, desde el primer bocado, de fiesta noble. Las especies más sublimes, especialmente la canela, proyectan todas sus esencias en el paladar, multiplicando la elegancia de la carne principal, del cordero picado.
Los toques sutiles de dulzor, por un lado, la firmeza de la carne, por otro, y los crujidos discretos de la masa conforman unos bocados celestiales. Para enloquecer el gusto, para subir a las estrellas.
HIGADO ENCEBOLLADO, PASEO POR LAS EMOCIONES
La cocina del aprovechamiento, esa que ahora quieren lanzar pomposamente los mismos que aborrecen las frutas feas, la casquería o los pescados menos agraciados, está enraizada en la mejor gastronomía española.
Manuel Benavides va por delante, muy por delante de esos planteamientos porque en su carta siempre se encuentran guiños a manjares como el hígado de ternera encebollado, con una ensalada de pimientos asados y una cucharada de puré de patata. Ni más ni menos.
Si avanzo que es un plato glorioso me quedo corto. Textura y sabor inconfundibles. El hígado, con el toque de una cebolla que reparte dulzura y notas melosas, hace levitar.
Los pimientos añaden momentos alegres, mientras que el puré, auténtico terciopelo, es el valor terrenal, la seriedad en un concierto feliz.
Cuando recuerdas tus orígenes madrileños, del tributo permanente a esos despojos”, solo te queda aplaudir a un cocinero capaz de engrandecer una propuesta básica. Absolutamente magistral,
Este hígado tiene un espacio de honor entre los 10 mejores platos de 2021, lleva el sello de la cocina entrañable que propone siempre La Tirana.
PISTACHO, VIAJE DE ORIENTE A OCCIDENTE
El postre para esta cena tiene el mismo toque sutil de los platos precedentes: milhojas con crema de pistacho, el viaje de Oriente a Occidente de un fruto seco cada día más cotizado.
Este milhojas es un prodigio de sutilidad. Su fragancia en la nariz y en la boca se disfruta con un hojaldre que se rompe del modo más elegante. Emocionante.
Manuel Benavides trata el pistacho con el nivel supremo de los mejores pasteleros napolitanos. Ellas y ellos hacen poesía para los sentidos con este fruto seco procedente de Líbano, la tierra de los fenicios que descubrieron este manjar al Mediterráneo, Siria y, ahora, Turquía.
Final de una cena inolvidable por tantas y tantas sensaciones placenteras, siempre distinguidas, con la complicidad de una colección de cuadros y estatuas que transmiten tanta sabiduría como paz. La Tirana es una experiencia imprescindible.