Sientes el compromiso con los productos supremos, especialmente con los más cercanos, en cuanto entras en Asador Puerta de Málaga, de Casabermeja. Intuyes que cada propuesta está elaborada con delicadeza, con respeto a las tradiciones, hasta que las sorpresas van multiplicándose en la mesa.

La técnica de Juan Torremocha, al frente del horno y los fogones, más el trato cariñoso de María, que comparte con el equipo de sala, son los ejes en este paraíso de la autenticidad, preparado para emocionarte con cada propuesta.

La morcilla de wagyu, los callos marineros, el flamenquín de chivo o el milhojas ¡qué milhojas!, son algunos de los momentos fuertes de su carta para el otoño. Son platos que conectan con el entorno natural, que animan a disfrutar de un escenario capaz de atraer al propio Don Quijote en sus andanzas.

Nuestro almuerzo en el Asador Puerta de Málaga, localizado a poco más de un kilómetro de la Autovía A4 y a 24 kilómetros de Málaga capital, ha descubierto el valor de la creatividad con ingredientes básicos y clásicos. El resultado de su trabajo: aromas y sabores reinterpretados, aún más puros, aún más emocionantes, aún más divertidos.

Lejos de las luces deslumbrantes de la Costa existe una colección importante de cocinas honestas, sólidas y muy gratificantes. Las descubrimos en Málaga Adentro y cada día nos atraen con más fuerza por su originalidad.

Precios ajustados, muy ajustados para tiempos de inflación, ingredientes de calidad, atención a la clientela y sorpresas en cada plato son las claves de las propuestas gourmet que se están multiplicando en el interior de una provincia en plena ebullición gourmet.

Casabermeja tiene un espacio de honor en el universo de las emociones gastronómicas. El Asador Puerta de Málaga, un clásico de siempre que se pasea por el mañana con originalidad y frescura. Imprescindible para quien circula por la A4 en uno u otro sentido.

PLACERES BÁSICOS, SÍ, PERO INOLVIDABLES

En el Asador Puerta de Málaga se rinde culto al mejor Aceite de Oliva Extra Virgen, el mejor aperitivo para un almuerzo.

Pan de calidad, crujiente por fuera y esponjoso por dentro, delicado pero sin renunciar a su robustez, y aceite, un AOVE de gala, Molino del Hortelano, que se elabora a menos de 5 kilómetros del propio comedor. El resultado es… un festival de emociones que pone en guardia todos los sentidos.

Seguimos con los placeres humildes, tranquilos, que impulsan comentarios agradables de las personas sentadas a la mesa. Sí, estamos frente al primer entrante: la tosta de sardina ahumada, que sorprende con sus otros ingredientes. Lleva queso de cabra, siempre un placer en la capital malagueña del chivo lechal, lleva huevas de salmón y un toque de guacamole.

Todo encaja a la perfección, sin la menor nota discordante en la nariz o en el paladar. Se disfruta con el toque ahumado, con el poderío del queso y con la frescura del guacamole. Es un descubrimiento. Soberbio y que marida perfectamente con la frescura del afrutado seco de Cortijo de la Fuente.

Acto seguido viene el “triple salto mortal” para un Asador, protagonizado por una morcilla de wagyu… con compota de manzana y cebolla caramelizada. Esto es Alta Cocina española de verdad, del siglo XXI, sin humos, sin espumas, sin postureo que se disfruta, además, sobre manteles de hilo de blanco radiante y con servilletas acariciantes, todo un ejemplo de atención a la clientela..

El equilibrio entre dulce y salado es mágico, lo mismo que el juego entre el crujiente divertido de la piel bien tostada y el aroma delicado que deja la brasa. El Maestro Torremocha imparte un curso de elegancia con… una simple morcilla. Sensacional.

OTOÑO DE SETAS Y MÁS

Una cazuelita de setas sencillas puede llegar hasta las estrellas con una nota extra de trufa a la manera del Asador Puerta de Málaga. La sequía de este año ha dejado sin setas a Andalucía, pero unos níscalos de Huesca, super aromáticos, con ese toque especial de la trufa nos han impactado.

La nariz ha dado la primera llamada de atención: bosque puro con el punto extra de la trufa, también llegada de Aragón. Nuestro paladar ha disfrutado después con el refinamiento del níscalo y con su textura singular. Un gran plato para el otoño y el invierno.

CALLOS MARINEROS, OTRA FORMA DE IMAGINAR EL MAR

Hablar de callos en Málaga es siempre un homenaje a los garbanzos y a la casquería. Los callos marineros de Juan Torremocha se mueven por otros derroteros. El cocinero de Casabermeja se queda con los garbanzos, los mismos que se cultivan en Campo de Cámara, las tierras que están al otro lado de la autovía A4, para introducir después: cocochas de bacalao, atún y jibia. De locura.

Son los callos potentes de toda la vida, gelatinosos, bien especiados, puro terciopelo en el paladar… con el sabor marino de unas cocochas majestuosas, el refinamiento de un atún delicioso y la textura singular de una jibia en su punto. Los garbanzos ponen sus toques de interior, de tierras de secano. Es un plato Ma-gis-tral.

Llega el punto final, sencillo y exquisito: un flamenquín… Hasta aquí nada llamativo. Todo cambia cuando el flamenquín es de chivo lechal malagueño y lleva en su interior una preparación clásica de ese mismo chivo. Delicado, divertido, sorprendente y auténtico.

Estamos en Casabermeja y el chivo lechal malagueño es todo un símbolo gastronómico de la tierra.

EL MILHOJAS QUE DEBES CONOCER

Crees que está todo dicho sobre los milhojas, que conoces propuestas dulces y saladas… hasta enfrentarte al milhojas XXL de Asador Puerta de Málaga. Colosal con sus 3 pisos de galleta liviana y crujiente, con sus 2 niveles de crema y su capa final de chocolate caliente.

Es una propuesta casi lujuriosa… que multiplica las señales de alegría en todas las personas sentadas a la mesa. Imprescindible.

El mesón de confianza para toda la familia, el mesón de siempre, Asador Puerta de Málaga, se proyecta en un tiempo nuevo. Juan y María, impulsores del establecimiento de referencia de Casabermeja, van más allá de las carnes exquisitas.

Sus propuestas para la temporada otoñal, basadas en el mejor producto de cercanía, están cargadas de originalidad pero sin renunciar, en ningún momento, a la tradición. Por eso es posible contemplar mesas que reúnen 3, hasta 4 generaciones de comensales, con caras de satisfacción absoluta… Ese es el reto.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here