En los últimos meses hemos recibido en el despacho varias quejas, de otros tantos restaurantes bastante conocidos de Marbella, por el caso de una pareja, muy bien vestidos, muy educados, que operan de la siguiente manera:
Reservan mesa en el Restaurante en cuestión, habitualmente caro, aparecen, y ordenan una cena o una comida estupenda, a veces incluso con un buen vino, postre y copa posterior. Cuando llega el momento de pagar la cuenta, presentan una tarjeta de crédito o de débito, que a la hora del pago, es denegada. A partir de aquí, la pareja se deshace en disculpas, y alega cualquier tipo de error bancario, prometiendo volver al día siguiente a pagar el importe de la consumición. Lógicamente nunca los vuelven a ver.
Sin embargo, y teniendo en cuenta que el mundo de la hostelería, y especialmente si hablamos de grandes restaurantes, es relativamente pequeño, al final, cuando los chefs o propietarios hablan entre ellos, se dan cuenta de que varios han sufrido la misma estafa, probablemente por parte de las mismas personas.
Por lo general, en este caso, los estafadores cuentan con que, al ser facturas inferiores a 400 euros, estaríamos hablando de un delito leve, que está penado con una multa de 1 a 3 meses, que puede rondar, dependiendo del caso, entre los 200 y los 1.000 euros.
Sin embargo, como estos importes no están destinados a pagar la factura estafada, el beneficio para el restaurante es muy poco, si lo comparamos con los perjuicios y molestias que puede suponer interponer denuncia, pagar honorarios de abogados, ir a juicio etc, por una cuenta que puede ser de unos 100 euros o algo más. Sin embargo, si no se denuncia, existe la sensación de que estas personas son impunes y pueden hacer lo que quieran con el dinero ajeno. Se sufre mucho para sacar adelante un restaurante, como para que a uno le tomen el pelo.
Como tantas veces, la solución pasa por la unión de los perjudicados, ya que estamos hablando de delitos que están conectados entre sí.
En este caso, y si las sumas defraudadas superan los 400 euros, la pena prevista para los estafadores aumenta muchísimo, y en muchos casos, evitar la prisión pasa por abonar todas las cantidades impagadas, por lo que, no sólo el restaurante recupera su dinero, sino que además probablemente se evita la repetición de la conducta por parte del delincuente, ya que, o bien entra en prisión, o bien se le quitan las ganas.
El consejo: No dejarlo pasar. La unión hace la fuerza!