Dominik Hernando Frenkler
Docente CESUR

En los últimos 15 años, las escuelas de hostelería han experimentado una transformación notable adaptándose a las demandas cambiantes del sector y a los nuevos perfiles de estudiantes.

Os hablo desde la experiencia, ya que en estos últimos 15 años he pasado primero como alumno y después como docente, por más de seis de ellas y he podido comprobar esos cambios en primera persona.

Aquí destaco algunos de los cambios más significativos y ejemplos que ilustran esta evolución:

El primero es el curriculum modernizado y diversificación de programas. Una de las transformaciones más evidentes ha sido la actualización de los planes de estudio.

Las escuelas han incorporado cursos de especialización que van más allá de la cocina tradicional y el servicio en sala. Ahora se pueden encontrar programas en áreas como gestión de eventos, enología, coctelería avanzada y sostenibilidad en la gastronomía. Pongo como ejemplo el caso de la Escuela Universitaria de Hostelería y Turismo de Sant Pol de Mar en la provincia de Barcelona, que ha introducido grados en Dirección de Empresas de Restauración y cursos de especialización en nutrición y salud, reflejando la creciente preocupación por una alimentación equilibrada y consciente.

En segundo lugar tenemos el enfoque en la tecnología. La digitalización ha llegado a las aulas y por ello, las escuelas de hostelería ahora utilizan también herramientas tecnológicas para enseñar sobre gestión y operaciones.

Desde software de gestión de restaurantes hasta simuladores de cocina, la tecnología se ha convertido en un aliado clave en la educación. Como el Culinary Institute of America que utiliza plataformas digitales para ofrecer simulaciones de entornos de cocina y gestión, permitiendo a los estudiantes practicar en un entorno virtual antes de enfrentarse a situaciones reales.

No nos podemos olvidar de la formación en sostenibilidad, ya que se ha convertido en un tema central en la formación de futuros profesionales de la hostelería.

Las escuelas están incorporando prácticas responsables y técnicas de cocina respetuosas con el medio ambiente en sus programas. Un claro ejemplo de ello es Le Cordon Bleu que ha implementado cursos que enseñan a los estudiantes a trabajar con productos locales y de temporada, así como a reducir el desperdicio alimentario, destacando la importancia de una cocina sostenible y de proximidad.

En conclusión, las escuelas de hostelería han evolucionado rápidamente en los últimos 15 años, respondiendo a los desafíos y oportunidades de un sector en constante cambio. Gracias a la modernización de currículos, la incorporación de tecnología, y el enfoque en la sostenibilidad, están formando a los líderes gastronómicos del futuro.

Sin duda, la formación seguirá jugando un papel crucial en la definición del panorama culinario nacional e internacional y tenemos la gran suerte en Andalucía de que los centros que existen, son unas de las mayores canteras de profesionales de España.

Cuidemos a los futuros profesionales, porque juntos brillamos más.

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