Por Dominik Hernando Frenkler, docente de CESUR
¡Hola a todos!
Desde el rincón de pregúntale al profe, quiero compartir mis reflexiones sobre la importancia de las prácticas en empresas de restauración para nuestros alumnos. Como profesor, he tenido la fortuna de ver de primera mano cómo estas experiencias pueden transformar la vida de los estudiantes, y quiero resaltar lo esencial que es este proceso en su formación profesional.

Las prácticas en el sector de la restauración no son sólo un mero requisito académico, sino que son una puerta abierta a la realidad del mundo laboral. En nuestras aulas, enseñamos técnicas, teoría y creatividad, pero es en la cocina, en el restaurante, donde los alumnos realmente entienden lo que significa ser un profesional en este campo.
Allí, se enfrentan a desafíos reales, trabajan bajo presión y aprenden a colaborar con otros compañeros. Es un ambiente donde pueden poner en práctica todo lo que han aprendido y, al mismo tiempo, descubrir nuevas habilidades que ni siquiera sabían que poseían.
Estoy profundamente agradecido por el compañerismo y la solidaridad que he encontrado entre mis amigos y conocidos (cocineros y directores de hoteles). Gracias a ellos, he podido enviar a mis alumnos a realizar prácticas en establecimientos de renombre.
Esta colaboración es fundamental, ya que crea un puente entre la teoría y la práctica, y les proporciona a los estudiantes la oportunidad de aprender de los mejores. Estoy convencido de que estas experiencias les darán el empujón necesario para comenzar su carrera en el fascinante mundo de la gastronomía.

Además, no puedo dejar de mencionar la suerte que tienen nuestros alumnos en Andalucía, y en particular en la provincia de Málaga. Nuestra región es un verdadero paraíso gastronómico, con restauradores y hoteleros de nivel mundial que están siempre dispuestos a compartir su conocimiento y experiencia. La calidad de la formación que pueden recibir aquí es excepcional, y eso les brinda una ventaja competitiva en el mercado laboral. En Málaga, los alumnos no sólo aprenden a cocinar; aprenden sobre la cultura, la tradición y la innovación culinaria que caracteriza a nuestra gastronomía.
Cada vez que un alumno regresa de sus prácticas, veo en sus ojos una chispa de emoción y entusiasmo. Ellos han tenido la oportunidad de trabajar en un ambiente real, de interactuar con profesionales y de experimentar el ritmo y la dinámica de un restaurante. Estas vivencias son invaluables, y estoy convencido de que, al final de su formación, serán estos momentos los que recordarán con cariño y les empujarán a seguir adelante en sus carreras.
En conclusión, las prácticas en empresas de restauración son fundamentales para el desarrollo de nuestros alumnos. Les brindan la oportunidad de crecer, aprender y conectarse con el mundo profesional. Estoy comprometido a seguir fomentando estas relaciones con la industria, porque sé que el futuro de nuestros estudiantes en la gastronomía está en buenas manos.
¡Sigamos trabajando juntos para crear nuevas oportunidades y experiencias que enriquezcan su camino hacia el éxito!
